top of page
GRANOS DE VIDA (1).png

Una exhortación a evangelizar




Hudson Taylor relató una historia conmovedora que él experimentó y que es útil para exhortarnos a evangelizar:


«Cuando el barco se acercaba a Sung-Kiang y me preparaba para bajar a tierra para predicar y distribuir tratados, oí el grito de un hombre que había caído al agua. Salí a la cubierta junto con otras personas, y pude ver que Pedro (un chino que había pasado algunos años en Inglaterra) había desaparecido. Habían varias personas a bordo, mirando inútilmente hacia el lugar donde había caído, pero sin hacer ningún esfuerzo por salvarlo»


«De inmediato arriamos las velas, pero la corriente de la marea era tan fuerte, que no podíamos descubrir con exactitud en qué lugar había caído el hombre. Observé detenidamente con la esperanza de encontrarlo. Sin éxito, mire a mi alrededor con agonía y vi cerca de nuestro barco a un bote de pesca con una red de arrastre muy peculiar (llena de anzuelos), y supe inmediatamente que podía ser útil para rescatar a Pedro»


«Les grité con angustia:


— ¡Vengan y echen su red por aquí! ¡Un hombre se ha caído y se está ahogando!


— Veh bin (que significa "no es conveniente") fue la inesperada respuesta.


Con angustia les dije:


— No hablen de conveniencia ¡vengan rápido, antes que se muera!


— Estamos ocupados pescando — me dijieron—, no podemos ir.


— ¡Qué importa que estén pescando! ¡Les daré más dinero del que puedan obtener durante varios días de pesca; solo vengan de una vez!


— ¿Cuánto dinero nos darás?


— ¡No podemos discutir de eso ahora! ¡Vengan rápido o será demasiado tarde! Les daré cinco dolares.


— No podemos hacerlo por es cantidad, danos veinte dolares y echaremos nuestra red.


— ¡No tengo tanto dinero: vengan rápido y les daré todo lo que tengo!


— ¿Cuánto es eso?


— No sé exactamente, algo así como catorce dolares»


«Los pescadores se convencieron y echaron su red en el lugar que les indiqué. Inmediatamente lograron sacar el cuerpo de aquel pobre hombre. Sin embargo, todos mis esfuerzos por restaurar su respiración fueron en vano. Una vida había sido sacrificada por la indiferencia de los que podían salvarla casi sin esfuerzo alguno»


«Este incidente me golpeó duramente y con tristeza, pero estuvo lleno de enseñanza, pues apuntaba a una realidad mucho más lamentable. ¿Acaso esos pescadores no eran realmente culpables de la muerte aquel pobre chino, pues tenían a mano los medio para salvarlo y no los utilizaron? Sin duda que eran culpables. Sin embargo, hagamos una pausa antes de juzgarlos, y escuchemos la voz de uno más grande que Natán, el cual nos dice: "Tú eres ese hombre" (2 Samuel 12:7).


¿Tan despiadado y perverso es ser negligentes en salvar el cuerpo? Entonces, ¿cuánto más merecedor de castigo es aquel que deja que el alma perezca, y como Caín dice: "¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?". El Señor Jesús manda; me manda a mí; te manda a ti, hermano mío, y a ti, hermana mía: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15). ¿Le responderemos: 'No es conveniente'? ¿Le diremos que estamos ocupados pescando y no podemos ir? ¿que hemos comprado un campo y no podemos ir? ¿que hemos comprado cinco yuntas de bueyes, o nos hemos casado, o estamos comprometidos en otros intereses? Dentro de poco "todos nosotros" compareceremos "ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo" (2 Corintios 5:10)


Recordemos, oremos y trabajemos por los chinos que no han recibido el evangelio*; si no lo hacemos pecaremos contra nuestras propias almas. Consideremos Quien es el que ha dicho: "Libra a los que son llevados a la muerte;Salva a los que están en peligro de muerte.Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras" (Provebios 24:11-12)

Hudson Taylor


*NdT: Y por todos aquellos que nos rodean y cuyas almas están en la misma condición.


97 visualizaciones
bottom of page