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Pregunta: ¿El diablo produce pensamientos malos en mí?

Traducción bíblica utilizada: NBLA

Respuesta: El diablo no es quien origina los pensamientos malos en nosotros, sino la carne —esa naturaleza pecaminosa que aún está presente en el creyente. Aunque ya no estamos "en la carne" (es decir, ya no estamos caracterizados por ella) según Romanos 8:9, la carne —el pecado— sigue en nosotros (véase 1 Jn.1:8).


¡El mal proviene de nuestro propio corazón!


El Señor Jesús da claridad acerca de este asunto en Mateo 15: "Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias" (Mt. 15:19). Descubrir que el origen de todas estas maldades aún permanece en nosotros —algo que a veces experimentamos incluso después de nuestra conversión— es algo profundamente humillante. ¡Qué consolador es saber que hemos muerto con Cristo, muertos al pecado, y que él nos fortalece mediante el Espíritu Santo para que nos consideremos muertos al pecado (véase Ro. 6)! Sin embargo, el diablo, con sus 6.000 años de experiencia tratando con personas, sabe cómo tentar a los creyentes: coloca el mal frente a nosotros desde el exterior para conectar con la maldad que habita en nuestro interior. En esto reside el verdadero peligro.


Esto nos lleva a la segunda parte de la pregunta. El diablo tiene mucha experiencia en relación con el mal que hay dentro de cada persona. Sin embargo, ¡no es omnisciente! Solo Uno conoce y escudriña el corazón, y conoce nuestros pensamientos "desde lejos" (Sal. 139:2): Dios. El Señor Jesús, durante su tiempo en la tierra como hombre, demostró repetidamente que "veía" y "conocía" los pensamientos de las personas (véase Mt. 9:4; 12:25; Lc. 11:17). Conocer los pensamientos del corazón es un privilegio exclusivo de Dios. La prueba más clara de que el diablo no es omnisciente ni puede prever el futuro se encuentra en la crucifixión del Señor Jesús. ¿Lo habría llevado a la cruz (véase Jn. 13:2; Ap. 12:4) si hubiera sabido que con ello sellaba su propia derrota?


¡Pon tu mirada en el Señor, no en el diablo!


Por último, un consejo práctico para todos: no nos enfoquemos tanto en el diablo y sus mentiras, sino en el Señor Jesús y la verdad de Dios. Solo esto nos mantendrá felices y nos dará la fuerza necesaria. Debemos estar ante Dios en nuestra conciencia, no ante el diablo ni ante los hombres. No lidiamos con el diablo, sino con un Dios misericordioso que ha resuelto definitivamente la cuestión de nuestro pecado en Jesucristo. Él nos amó cuando éramos pecadores, nos ama hoy a pesar de nuestras faltas, y nos amará eternamente, cuando ya no exista pecado en nosotros. ¡Qué seguridad y paz nos otorga esta verdad!


Traducido desde www.thebiblestudy.site

1 則留言


Limberg Samuel Castillo Fernán
6月15日

Gracias hermano por su mensaje

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