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Reflexiones sobre la armonía cristiana #5 — Conflicto y oportunidad




Años atrás estuve en una conferencia bíblica cuyo tema era Filipenses 4, un capítulo que, entre otras cosas, menciona el caso de dos mujeres cristianas que estaban enemistadas. (Por cierto, ¡imagina que alguien te dice que Dios puso tu nombre en la Biblia! Luego imagina que te das cuenta que fue por una discusión con alguien más.) Bueno, una persona, en aquella conferencia, hizo el comentario de que uno de los puntos de una vida cristiana normal es que hayan conflictos.


Considero que es cierto, pero que la explicación quedaba corta. La vida cristiana normal es cuando tratamos el conflicto, lo cual es el punto en Filipenses 4. Hay mucho que decir sobre este tema, pero me enfocaré en una cosa: Todo Conflicto Es Una Oportunidad (mayúsculas añadidas para llamar tu atención)


Piensa en eso. ¡Es realmente asombroso! Muchos pasajes bíblicos nos enseñan cómo abordar el conflicto, pero nuestra única oportunidad de aplicarlos es cuando estamos enfrentando un conflicto. Es nuestra gran oportunidad de mostrar que la forma bíblica de vivir realmente funciona. De una forma extraña, es hasta fascinante el poder decir: «¡Guau, no nos llevamos bien! ¡Ahora tenemos la oportunidad de realizar lo que Dios dijo que tenemos que hacer cuando estas cosas pasan!»


Pero ¿no lo hacemos, cierto? Hemos reproducido los problemas del mundo en la Iglesia. Evitamos a las personas con las que estamos en desacuerdo; las evadimos; las bloqueamos; nos burlamos de sus ideas y atacamos su carácter; hablamos en contra de ellas; le decimos a otros que tengan cuidado con ellos; y guardamos resentimiento, ¡a veces por años! Si el Señor Jesús lloró camino a la tumba de Lázaro debido a lo que el pecado había hecho en el mundo, ¿no se entristece a causa de lo que el conflicto ha generado en las relaciones en la Iglesia?

En un mundo manchado por los conflictos, no deberían preguntarse los incrédulos entre ellos: «¿Por qué no podemos llevarnos bien como esos cristianos? ¿Qué tienen que les permite abordar los conflictos con tanta eficacia?» Pero en lugar de eso, tristemente, nuestro comportamiento divisionista en la Iglesia se ha convertido en un refrán y un reproche, una burla de la unidad que Cristo ha establecido al costo de su propia vida.


Los cristianos hemos permitido que los conflictos nos dividieran en Facebook y otras redes sociales. Hemos permitido que los conflictos dividan a las congregaciones locales de creyentes. Incluso hemos permitido que los conflictos dividan a nuestras familias. ¿Es posible que existan casos en los que un cristiano simplemente se niega a hablarle a otro? *

Debemos cambiar las palabras y expresiones que utilizamos. No debemos menospreciar a otro creyente. Jesucristo jamás quiso ganar un argumento, Él quería ganar a la persona. Y, hoy en día, todavía hay victoria espiritual cada vez que un conflicto se aborda y una relación se preserva. Todo conflicto es una oportunidad de enfatizar que no valoro solo ideas, sino a ti.


Actualmente las situaciones están muy tensas. Diferentes cristianos ven las cosas de diversas maneras, y los desacuerdos jamás estarán lejos. Sin embargo, ¡no desperdiciemos un buen conflicto! Esto significa que debemos trabajar muy duro, pero el resultado será asombroso. La próxima vez que entres en un conflicto, tómalo como una oportunidad para obtener una victoria espiritual para la gloria de Dios por medio de la armonía cristiana.


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* Nota del traductor: Evidentemente el autor no busca especificar un gran abanico de temas, sino las simples relaciones entre cristianos. Esto excluye, evidentemente, casos de disciplina en la iglesia. Tales como los mencionados en 1 Corintios 5 y otras partes.

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