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El coronavirus y los cristianos: Atento, mira a tu alrededor y mira hacia arriba. (Parte 3)


~ 3 ~ Evita las acusaciones


El profeta Jeremías vivió en una época tumultuosa. Cuando el imperio babilónico conquistó el reino de Judá, y capturó a muchos prisioneros de guerra, Jeremías y algunas personas más tuvieron permiso de quedarse en su país. Sin embargo, un gobernador fue asesinado en medio de mucha intriga y engaño, y luego de esto se esparció una desesperada sensación de miedo entre los que habían quedado en la tierra.


Los líderes del pueblo le pidieron a Jeremías que consultara a Dios en busca de instrucciones de qué hacer. ¿Debían quedarse en su tierra o huir a Egipto buscando seguridad? Jeremías oró por 10 días, y entonces recibió la respuesta de Dios: ¡Quédense aquí! Todo estará bien, a pesar de los peligros. El Señor los tranquilizó y les dijo: " con vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano" (Jeremías 42:11).


Sin embargo, lo que sucedió después fue impactante. ¡Los líderes del pueblo acusaron a Jeremías de mentiroso! «Tu simplemente estás diciendo lo que otros quieren que escuchemos ¡No confiamos en ti!» Y se fueron a Egipto de todos modos, dando una clara evidencia de que, incluso antes de haber solicitado la dirección de Dios, ya habían tomado la decisión (lee la historia completa en Jeremías 40-43).


En tiempos difíciles, las acusaciones parecen darnos cierto consuelo, pues reemplazan nuestra ansiedad y miedos inexplicables por un enemigo tangible al cual podemos culpar de nuestros problemas. Pero en realidad, las acusaciones solamente revelan lo que hay en nuestros corazones en primer lugar.


Mis queridos amigos cristianos, en estos días debemos confiar en el Señor, y no debemos alimentar las acusaciones divididas que sobreabundan en las redes sociales. He visto publicaciones que dicen que los nuestros países occidentales están siendo atacados por esto con el fin de que el socialismo tome el poder; que el virus fue creado y liberado intencionalmente para desestabilizar nuestra economía o cambiar nuestro trasfondo político; que quedarse en casa por razones sanitarias permitirá que «ellos» (un supuesto enemigo sin identificar) ganen.


Desde luego que podemos tener opiniones propias acerca de las acciones de cada gobierno; pero las teorías conspirativas y puntos de vista partidistas o políticos provienen de una mala teología. Este tipo de cosas hace que los cristianos parezcan miopes, egocéntricos e inestables. Y, por sobre todo, no debemos dar la impresión de que el cristianismo y el capitalismo son aliados — o peor aún, que el cristianismo es la religión de los republicanos. Si defendemos puntos de vista políticos y económicos con el mismo vigor que usamos para defender la fe cristiana, entonces estamos exponiendo nuestros pensamientos preconcebidos, tal como lo hicieron los líderes del pueblo en los días de Jeremías.


Si la Biblia enseña que Dios es quien ha puesto a cada líder en su lugar, entonces no podemos culpar a un virus o supuestas conspiraciones si un nuevo líder toma el lugar del anterior. Incluso si las fantasías económicas colapsaran o las preferencias políticas se disolvieran por completo, deja que tu fundamento sea la fe. La fe cristiana que se basa en la Biblia ha florecido por siglos en medio de diversos tipos de estructuras políticas y económicas.


Obviamente nadie ora pidiendo que venga el caos. La Biblia nos dice que oremos para que podamos vivir quieta y reposadamente (1 Timoteo 2:2). Sin embargo, a veces necesitamos ser remecidos para que descubramos qué es lo que se mantendrá firme cuando sea “removido lo que puede ser sacudido” (Hebreos 12:27-28 RVA-2015). Puede que otras cosmovisiones posean conceptos. Los Cristianos tenemos a Cristo.

 

Sigue atento a las nuevas publicaciones referentes a esta serie llamada «El coronavirus y los cristianos».

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