– 4 Capítulos
1. Destinatario, autor y fecha de redacción
Filipos, centro de Macedonia oriental, era una colonia romana en tiempos del Nuevo Testamento. La ciudad fue fundada por Filipo de Macedonia, padre de Alejandro Magno, de quien debía su nombre.
El apóstol Pablo visitó Filipos por primera vez (aprox. 51-54 d.C.) durante su segundo viaje misionero (véase Hch. 16:12-40).
Durante su predicación del evangelio, una comerciante de púrpura llamada Lidia, junto con su familia, fueron los primeros en creer en el Señor Jesús. Posteriormente, cuando Pablo expulsó un espíritu de adivinación de una mujer, se desató un alboroto que resultó en el azote y encarcelamiento de Pablo y su compañero Silas.
Milagrosamente, el carcelero y toda su familia abrazaron la fe en Cristo. Así nació la primera iglesia en suelo europeo mediante la obra misionera del apóstol Pablo –aunque es posible que ya existiera una iglesia en Roma.
Tras una breve estadía, Pablo partió de Filipos dejando a Lucas allí (compárese la sección "nosotros" en Hechos 16:16 con la sección "ellos" que comienza en Hechos 17:1). Posteriormente, durante su tercer viaje misionero (aprox. 54-58 d.C.), Pablo regresó desde Éfeso a Macedonia y probablemente a Filipos (véase Hch. 20:1; 2 Co. 2:13). Continuó hacia Grecia y, en su viaje de regreso, se detuvo en Filipos, donde Lucas volvió a unirse a él (véase Hch. 20:6).
Desde el comienzo, se desarrolló una relación cercana y afectuosa entre la iglesia en Filipos y el apóstol Pablo. En su epístola, les recuerda que fueron los únicos que le brindaron apoyo material desde el principio (véase Fil. 4:15,16).
Los filipenses habían enviado nuevamente un donativo a Pablo. Tras recuperarse de una grave enfermedad por la gracia de Dios, Epafrodito, el portador del donativo, fue instruido por Pablo para llevar esta epístola a Filipos (véase Fil. 2:25-27; 4:18). La autoría paulina de esta carta nunca ha sido seriamente cuestionada. Si bien recientemente se han propuesto diversos lugares de redacción (como Éfeso o Cesarea), la opinión tradicional de que Pablo la escribió desde su prisión en Roma (junto con las epístolas a los Efesios, Colosenses y Filemón) tiene más fundamento. Esta es la única epístola en la que Pablo menciona el pretorio (véase Fil. 1:13) –que parece referirse a la guardia imperial–, y a los creyentes de la casa del emperador (véase Fil. 4:22). También expresa su esperanza de pronta libertad (véase Fil. 1:25,26; 2:24). Por tanto, la epístola probablemente fue escrita hacia el final de sus dos años de prisión en Roma, alrededor del año 63. Policarpo (c. 70-155), Ireneo (c. 140-202) y Clemente de Alejandría (c. 150-215) la citan como obra de Pablo.
2. Tema y propósito
La Epístola a los Filipenses es una de las cartas más personales y cálidas del Nuevo Testamento. Aunque no contiene exposiciones doctrinales detalladas, sus breves secciones acerca de la humillación y exaltación del Señor Jesús (véase Fil. 2:5-11) y la transformación de los creyentes en la venida del Señor (véase Fil. 3:20,21), pues sirven para clarificar y apoyar el pensamiento del apóstol. Sin embargo, también contienen mensajes expresados de una forma única, por lo que son particularmente valiosos.
Esta es una carta eminentemente práctica que demuestra cómo "la doctrina de Cristo" no es simplemente teoría, sino que debe ponerse en práctica en todas las circunstancias de la vida mediante el poder del Señor. Desde su encarcelamiento en Roma, Pablo escribió una epístola donde su Señor Jesucristo ocupa el lugar central y donde expresa un gozo profundo más que en cualquier otra carta (las palabras "gozo" y "regocijarse" aparecen repetidamente en cada capítulo). En su encarcelamiento, el gozo del apóstol no provenía de cosas terrenales o incluso mundanas. El origen de su gozo era el Señor Jesús. Esto hizo que el apóstol, a pesar de estar en prisión, pudiese sentirse feliz y libre.
Esta puede considerarse una epístola de experiencias, no de un cristiano débil que tropieza frecuentemente, sino de alguien maduro en la fe, un ‘padre en Cristo’ (comp. 1 Jn. 2:13, 14) que ha hallado su descanso en Cristo, su Señor, quien es plenamente suficiente para él. Significativamente, mientras la palabra "pecado" está ausente, el nombre del Señor Jesucristo aparece 50 veces, una frecuencia mayor que en otras epístolas.
La perspectiva de Pablo está orientada hacia el futuro. Esto nos recuerda al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, de quien leemos en Deuteronomio que dejaron atrás todas las dificultades de la travesía por el desierto, pero que todavía no habían llegado a la tierra prometida de Canaán.
Así como Moisés echó una breve mirada al pasado y dirigió la atención de Israel hacia Canaán, tierra de la cual los separaba el río Jordán, Pablo en Filipenses contempla su destino futuro mientras permanece en la tierra (figurativamente, en el desierto). Incluso la salvación es vista todavía como algo venidero (véase Fil. 1:19; 3:20). En contraste, Colosenses presenta a los creyentes como habiendo cruzado el Jordán, listos para entrar en las bendiciones espirituales (véase . 3:1-3). El Jordán simboliza la muerte y resurrección con Cristo.
Mientras que la epístola a los Efesios va aún más allá: presenta a los creyentes no solo resucitados con Cristo, sino sentados en él en los lugares celestiales, disfrutando plenamente todas las bendiciones espirituales (véase . 1:3; 2:6).
En Filipenses, el versículo clave del primer capítulo es el 21: “Para mí el vivir es Cristo”, es decir, Cristo es el contenido y el propósito de la vida.
El versículo central del segundo capítulo es el versículo 5. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”, es decir, Cristo en su humillación es el modelo de la vida cristiana.
El pasaje más importante del capítulo 3 lo conforman los versículos 7 a 14 donde se presenta a Cristo como la meta de la vida.
Por último, el capítulo 4:13: ”Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, demuestra que Cristo también es el poder y la fortaleza del creyente.
El único aspecto preocupante en la iglesia en Filipos era cierta tendencia a la discordia, que Pablo aborda con amor en Filipenses 1:27; 2:2 y 4:2.
3. Características peculiares
Obispos y diáconos (Fil. 1:1)
La carta a los Filipenses es la única del Nuevo Testamento donde los obispos (o ancianos, comp. Hch. 20:17, 28; Tit. 1:5, 7) y diáconos son mencionados en el encabezamiento.
Los dones espirituales que el Señor glorificado otorga son para todo el cuerpo, sin restricciones locales ni temporales (véase Ef. 4:11 y sig.). En contraste, los obispos (o ancianos) y siervos en los primeros días de la iglesia tenían cargos limitados a su localidad, siendo designados por los apóstoles o sus representantes (véase Hch. 6:3-6; 14:23).
En la época del Nuevo Testamento, probablemente en todas las iglesias contaban con obispos/ancianos y diáconos/siervos responsables del orden divino en las iglesias (comp. Hch. 14:23; 15:6; 20:17; 1 Ti. 3; Tit. 1:5; Stg. 5:14). La ausencia de su mención en alguna epístola no significa que no existieran en ese lugar. Por ejemplo, aunque la epístola a los Efesios no menciona ancianos, estos aparecen en Hechos 20 (v. 17 y siguientes).
Con el tiempo surgió una jerarquía eclesiástica debido a la confusión entre los oficios locales y los dones espirituales (como evangelistas y maestros), aunque estos últimos siempre fueron otorgados por el Señor sin restricción local para todo su cuerpo.
Esta jerarquía eclesiástica carece de fundamento en el Nuevo Testamento. Si bien el Señor Jesús continúa dando dones espirituales en todas partes para edificar su iglesia, actualmente nadie tiene autoridad para designar oficialmente ancianos u obispos, aunque hombres competentes realizan estas tareas en diferentes localidades.
4. Contenido
I. Filipenses 1:1-11: Introducción: Saludo, Acción de Gracias y Súplica
Versículos 1-2 Salutación
Versículos 3-8 El gozo del Apóstol
Versículos 9-11 Su deseo (v. 10: "Para que aprobéis lo mejor")
II. Filipenses 1:12-26: Circunstancias personales de Pablo (Cristo, el propósito de la vida)
Versículos 12-14 Su encarcelamiento como ocasión para promover el evangelio
Versículos 15-20 Su gozo por la difusión del Evangelio, ya sea "por contienda" o "por amor"
Versículos 21-26 "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia"
III. Filipenses 1:27-2:18: Llamado a la unidad y fidelidad (Cristo, el Ejemplo)
Versículos 27-30 "Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo"
Versículos 2:1-4 Exhortación afectuosa a la unanimidad y humildad
Versículos 5-8 El ejemplo de Cristo (v. 5: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús")
Versículos 9-11 La exaltación y glorificación de Cristo
Versículos 12-13 Exhortación a la obediencia
Versículos 14-16 Exhortación a la pureza (v. 15, 16: "resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida")
Versículos 17-18 El gozo de Pablo
IV. Filipenses 2:19-30: Timoteo y Epafrodito
Versículos 19-24 La misión de Timoteo
Versículos 25-30 La misión de Epafrodito, quien se había recuperado de una grave enfermedad
V. Filipenses 3:1-21: Advertencia y ejemplo (Cristo, la Meta de la Vida)
Versículos 1-3 Cristo o la Ley (v. 3: "Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne")
Versículos 4-6 La carrera de Pablo
Versículos 7-8 Excelencia del conocimiento de Cristo Jesús
Versículo 9 No la justicia de la Ley sino la justicia de Dios
Versículos 10-11 Ser conformado a Cristo
Versículos 12-14 Cristo, la meta
Versículos 15-17 Llamado al crecimiento espiritual
Versículos 18-19 Advertencia contra los enemigos de la cruz de Cristo
Versículos 20-21 Posición celestial y esperanza de los creyentes (v. 20: " -Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo")
VI. Filipenses 4:1-9: Llamado a la unidad y la dependencia
Versículo 1 Estar firmes
Versículos 2-3 Evodia y Síntique son exhortadas a la unidad
Versículo 4 Gozo en el Señor
Versículo 5 Gentileza
Versículos 6-7 La oración y su consecuencia (v. 7: "la paz de Dios")
Versículos 8-9 Meditar y hacer (v. 9: "el Dios de paz")
VII. Filipenses 4:10-23: Gozo y acción de gracias (Cristo, la Fuerza de la vida)
Versículo 10 Gozo por el donativo recibido
Versículos 11-13 La suficiencia de Pablo (v. 13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece")
Versículos 14-18 Buenas palabras a los filipenses
Versículos 19-20 Alabanza a Dios
Versículos 21-23 Despedida y bendición
Traducido desde www.biblecentre.org
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