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La batalla por tu mente



Una de las materias que tuve que cursar cuando estudié Administración de Empresas fue Marketing. ¡La encontré fascinante! Esperaba cada semana para escuchar de las distintas estrategias que las empresas utilizan para atraer clientes hacia sus productos o servicios. Sin embargo, también hubieron cosas que llamaron mi atención de una forma particular y que, con el pasar de los años, me han hecho meditar en lo que es este mundo y como el dios de este siglo se esfuerza en cegar el entendimiento de los incrédulos, "para que no les resplandezca la luz del evangelio" (2 Corintios 4:4), y adormecer a los cristianos para que se vuelvan inútiles en su servicio a Dios.


Una de las cosas que llamó mi atención es aquello que se llama «posicionamiento de marca». El posicionamiento de marca es el lugar que ocupa una marca en particular en la mente de los consumidores en comparación con sus competidores. En aquel entonces mi profesor lo explicó con un ejemplo:


Profesor: Yo voy a mencionar un producto y ustedes me dicen la primera marca que se les venga a su mente.


— Notebook


Alumnos: Algunos dijeron Sony, otros HP, otros Mac, etc...


Profesor: Bebida gaseosa


Alumnos: (casi al unísono) Coca-Cola.


Así pasó un buen tiempo hasta que logró establecer su punto, y dijo: Cada una de las marcas que se vinieron a sus mentes hicieron un esfuerzo de marketing para ocupar el primer lugar en sus mentes. Un esfuerzo monetario y estratégico.


Esta experiencia me hizo meditar en cuán fácilmente nuestras mentes se dejan influenciar inconscientemente por las cosas que se nos ofrecen. Una buena publicidad, un lindo slogan, un lindo merchandasing en las góndolas de productos en los supermercados, etc...


No lo notamos, ni siquiera nos lo planteamos, pero sucede: Nuestras mentes son influenciadas por agentes externos que terminan controlando nuestras decisiones. Es así, lo quieras o no, sucede. Medita en ello, ponte a pensar en algún producto y vas a ver como una marca va a ser la que se te venga a la mente casi mágicamente. Eso es «posicionamiento de marca».


Ahora bien, ¿qué nos puede enseñar esto? Bueno, este mundo se introduce en tu mente más fácilmente de lo que piensas. Puedes hacer todos tus esfuerzos para que esto no sea así. Pero pasa. ¿Qué hacer entonces? ¿Es esto realmente malo?


Esta experiencia la cuento solamente para exponer la facilidad con la que el mundo logra posicionar sus atractivos en el primer lugar de nuestras mentes. Las marcas son algo mínimo, pero sucede en muchas esferas. No olvidemos que Satanás es el príncipe de este mundo, y, por lo tanto, el sistema espiritual que rige a este mundo es el que él mismo estableció, el cual busca quitar todo pensamiento de Dios, y como hemos citado más arriba, busca cegar el entendimiento de los incrédulos y adormecer a los cristianos.


Involuntariamente estás siendo influenciado para que tus deseos se inclinen hacia un lado u otro. ¡Y a veces estás cosas pueden llegar a gobernar tu mente! Sucede a todo nivel: infancia, adultez y tercera edad; hombres y mujeres; pobres y ricos.


Está bien. No te preocupes. No podemos evitar que el mundo haga este trabajo. Lo hace y es efectivo en él. Por eso cuando vamos a comprar algo tenemos nuestras preferencias, las marcas han ocupado el primer lugar sobre las demás en nuestras mentes. Lo que debe preocuparnos es que el mundo no obtenga el primer lugar en nuestras mentes.


Veamos que nos tiene que decir la Palabra con respecto a nuestras mentes y pensamientos.


"Ocupen la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Colosenses 3:2 RVA-2015)


Como mencioné, es inevitable que el efecto del «posicionamiento de marca» se efectúe en nuestras mentes. Estamos propensos a ello porque es involuntario. Lo importante es que estas cosas no logren dominar nuestras mentes. Lo cual en muchos casos sucede (eg. los videojuegos en los jóvenes, las compras compulsivas en los adultos, la fascinación por ciertas fuentes de comida que nublan el juicio de nuestras verdaderas necesidades y utilización de recursos, etc...)

Nuestra respuesta

¿De qué manera logramos que estas cosas no dominen nuestras mentes? Pues llenando nuestros pensamientos con las cosas de arriba, con la obra de Cristo en la cruz, los resultados de su obra, su resurrección, las bendiciones espirituales que Dios nos ha otorgado en Él: la paz, la justicia, el amor, la esperanza del pronto retorno del Salvador, etc... Todo esto lo lograremos si aumentamos nuestro tiempo de comunión personal con el Señor Jesús en oración y meditación bíblica. Solo la comunión con Cristo resucitado logrará que nuestras mentes estén ocupadas en lo que realmente importa y podamos discernir más sabiamente entre verdadera necesidad y consumismo.



Filipenses 2:5 nos dice que debemos poseer la misma mente que hubo en Cristo Jesús, a saber, su humillación.


En Efesios 6:17 se nos enseña que debemos vestirnos de toda la armadura de Dios, de la cual forma parte el casco de la salvación. El casco es el elemento que protege nuestra mente de los ataques de Satanás. Ataques que estarán basados en hacernos dudar de nuestra salvación y su efectividad en nosotros. Si llenamos nuestros pensamientos de Su salvación y su seguridad eterna, entonces estaremos vistiéndonos del casco de la salvación, útil contra los ataques fieros de nuestro adversario.


En 2 Corintios 10:5 el apóstol Pablo dice que él y sus colaboradores llevaban cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.


Con respecto a este último pensamiento, alguien lo ilustró de la siguiente manera: «Esto nos sugiere la figura de cierta cantidad de caballos que van de un lado a otro a su propia voluntad, pero que son capturados uno por uno y atados en conjunto para ser arriados bajo la obediencia del chofer de una carroza. Toda esa energía que se encontraba dispersada mientras vagaban por los campos, ahora se encuentra coordinada bajo la conducción de una sola mano. ¡Cuánto más nuestra mente sufrirá pérdida si no se encuentra bajo la obediencia de Cristo!» (L. C. Hocking)


Como dije, no podemos evitar que este trabajo se realice. Satanás está ejerciendo su propio «posicionamiento de marca» para lograr que en nuestras mentes exista algo entre Cristo y nosotros; algo que ocupe el primer lugar. Colosenses 3:2 habla de que no pensemos en "las cosas de la tierra", no «en las cosas del mundo». Esto se debe a que no se trata de cosas malas en si mismas, las cosas de la tierra pueden representar cualquier cosa buena en sí misma, como un trabajo, una relación, un estudio, etc... Pero también existe aquello que es del mundo y aquello que es potencialmente pecaminoso.


Debemos lograr que todos nuestros pensamientos sean arriados en conjunto bajo la obediencia de la poderosa mano de Dios. Solamente así lograremos que las cosas de la tierra o las cosas del mundo logren gobernar nuestros pensamientos.


C. H. Spurgeon escribió: «Pero algunos dirán que no pueden evitar los malos pensamientos. Puede ser, pero el asunto es el siguiente: ¿los odiamos? No podemos evitar que las aves vuelen por encima de nuestras cabezas,pero podemos evitar que aniden en nuestro cabello. Los pensamientos vanos golpearán a nuestra puerta, pero no debemos abrirles.Surgirán pensamientos pecaminosos, pero no debemos dejarlos gobernar».


Es verdad, no podemos evitar ser bombardeados por la publicidad, los atractivos de este mundo y los pensamiento pecaminosos. Pero entre más estemos llenos de Cristo y su obra, menos estas cosas lograrán gobernar nuestra forma de actuar, los deseos que poseemos, los lugares que frecuentamos, las amistad que hacemos, etc...


Quizás debemos, como mi profesor de marketing, hacer el ejercicio de pensar en ciertas facetas de nuestra vida y dejar que se manifieste que es lo primero que se viene a nuestra mente. ¿Qué es lo primero en que pensamos al levantarnos? ¿Qué es lo primero que hacemos? ¿Primero revisamos nuestro instagram, facebook, snapchat, whatsapp, etc... o primero dirigimos nuestros pensamientos al Dador de todo bien?


'¿Te has dado cuenta? ¡Se está librando una batalla para ganar el primer lugar en tu mente! ¿Qué harás al respecto?

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