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Tensiones actuales en Israel (Algunas preguntas frecuentes)

Traducción bíblica utilizada: NBLA


Después de más de 1800 años, el Estado de Israel fue restablecido el 14 de mayo de 1948. Para muchos, esto fue motivo de gran alegría, pero para algunos países vecinos fue —y sigue siendo— una piedra en el zapato. En el último tiempo, el conflicto en Oriente Medio se ha intensificado de manera preocupante.


¿Qué dice la Biblia sobre este tema? ¿Tiene Israel derecho a esa tierra? ¿Será invadido? ¿Terminará alguna vez este conflicto? ¿Cuál es nuestro papel como cristianos en este asunto?


1. ¿Es Israel el pueblo de Dios?


La respuesta inicial sería sí, pero debemos ser más precisos: Israel fue el pueblo de Dios en el pasado y lo será nuevamente en el futuro. Sin embargo, en la actualidad, Israel no es el pueblo de Dios reconocido 'oficialmente'.


Pasado: Numerosos pasajes bíblicos se refieren al pueblo de Israel como "mi pueblo". Es significativo que esta expresión aparece por primera vez en Éxodo 3:7, no en Génesis 12. Aunque Abraham recibió grandes promesas sobre sus descendientes, la denominación "pueblo de Dios" surge específicamente durante el período en Egipto.


Presente: La infidelidad de Israel provocó una ruptura en la relación del pueblo con su Dios. Esta ruptura se selló con la deportación de los judíos a Babilonia al final de la época de los reyes, dando inicio a los "tiempos de los gentiles" (Lc. 21:24). Desde entonces, Dios llama a este pueblo "Lo-Ammi", que significa "no mi pueblo". Oseas 1:9 lo expresa claramente: "Y el Señor dijo: Ponle por nombre Lo Ammí, porque ustedes no son mi pueblo y yo no soy su Dios". Desde esta perspectiva bíblica, no hay fundamento para considerar al actual Estado de Israel —que existe nuevamente por providencia divina desde 1948— como el "pueblo de Dios".


Futuro: Sin embargo, llegará el día en que Dios volverá a dirigirse a este pueblo. "Lo-Ammi" (no mi pueblo) se transformará en "Ammi" (mi pueblo) (véase Os. 2:25; comp. Ro. 9:26). Numerosos pasajes sobre Israel en el reino venidero lo confirman (véase Is. 65:19; Jer. 32:38; Jl. 2:26-27; Zac. 8:7-8). Cuando el Mesías aparezca y conduzca a toda la nación hacia la bendición del reino de paz, Israel volverá a ser el “pueblo de Dios”.


2. ¿Fue la fundación del Estado de Israel en 1948 un cumplimiento de la profecía?


Las profecías del Antiguo Testamento indican claramente que el pueblo de Israel (al menos parcialmente, comenzando con las dos tribus del sur) estará presente en la tierra de Israel antes de la aparición de Cristo para establecer su reino de paz (véase, por ejemplo, Zac. 14). En ese lugar experimentarán la tribulación, y será allí donde el Mesías los salvará y establecerá Su reino.


La fundación del Estado de Israel en 1948 marcó un paso histórico en esta dirección, considerando que el pueblo había permanecido disperso por todo el mundo desde el año 70 d.C., un período de más de 1800 años. Sin embargo, ¿representa esto un cumplimiento profético o son simplemente desarrollos preparatorios para su cumplimiento?


Dos pasajes bíblicos en particular sugieren a algunos intérpretes un posible cumplimiento profético: Mateo 24 y Ezequiel 37. ¿De qué tratan?


  • Mateo 24

El Señor Jesús dijo a sus discípulos: "De la higuera aprendan la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, saben que el verano está cerca" (Mt. 24:32). La higuera representa a Israel. En este pasaje, aprendemos que esta "higuera" despertará a una nueva vida. La cuestión fundamental es si esto se refiere a un renacimiento nacional o espiritual:


  • Nacionalmente, Israel ciertamente ha estado ‘vivo’ desde la fundación del Estado.

  • Sin embargo, espiritualmente hablando, Israel despertará a una nueva vida solo después del arrebatamiento de la Iglesia (véase Ro. 11:25b).


Sin querer ser dogmáticos, nos inclinamos por la segunda opción, ya que las señales de vida de la higuera indican la inminente aparición de Cristo, tema del que acababa de hablar el Señor Jesús (véase Mt. 24:30-31).


Por otro lado, la fundación del Estado de Israel en 1948 ocurrió en un contexto de incredulidad, sin arrepentimiento ni volverse a Cristo. Dado que han transcurrido varias décadas desde entonces, esto confirma que no constituyó la señal para la aparición de Cristo. No obstante, la existencia de un Estado de Israel es una condición necesaria para los acontecimientos de los últimos tiempos —particularmente para que el anticristo pueda reinar como rey sobre Israel en su territorio.


  • Ezequiel 37

Surge la pregunta de si Ezequiel 37 profetiza este regreso en incredulidad. El profeta describe el «valle de los huesos secos», que representan a "toda la casa de Israel" (Ez. 37:11). En esta visión, los huesos secos, que cubren todo el valle, primero se unen entre sí, luego se cubren de tendones, carne y piel, y finalmente cobran vida (véase Ez. 37:7-8)


En este pasaje, podemos distinguir diferentes fases (tendones, carne/piel y vida) en la restauración de Israel: primero un regreso en incredulidad, seguido por la formación como Estado y finalmente la vida (que representa su despertar espiritual). La fundación del Estado de Israel en 1948 podría ser parte de este proceso, aunque no podemos afirmarlo con total certeza, pues no podemos descartar completamente la posibilidad de que Israel sea expulsado nuevamente y luego nuevamente reunido, si bien consideramos que esto es poco probable.


En cualquier caso, la fundación del Estado de Israel en 1948 y el regreso de millones de judíos —actualmente cerca de 7 millones— han eliminado obstáculos significativos que durante siglos impedían el cumplimiento de la profecía bíblica.


3. ¿Tiene Israel derecho a poseer la tierra?


No abordaremos aquí si el Estado moderno de Israel tiene derecho a la tierra desde la perspectiva del derecho internacional, ni cuáles serían sus límites exactos, pues este no es nuestro tema.

Desde una perspectiva bíblica, lo que sí podemos afirmar es que Dios hizo una promesa incondicional a Abraham, Isaac y Jacob de que sus descendientes poseerían la tierra.


Dios también prometió a David que su descendiente ocuparía el trono de David para siempre y reinaría sobre Israel (véase 2 S. 7:16; Jer. 23:5-8; 33:17). Este descendiente es Cristo (véase Lc. 1:32).

Por supuesto, Dios cumplirá estas promesas. No obstante, es importante tener en cuenta lo siguiente:


  • Solo una pequeña minoría del pueblo étnico de Israel disfrutará de estas promesas: aquellos judíos que sobrevivan al período de tribulación de siete años (véase Is. 10:22; Ro. 9:27).

  • En la actualidad, durante el periodo previo al arrebatamiento, Israel no tiene ningún derecho bíblico para poseer la tierra. Sin embargo, posee una garantía divina de que en el futuro habitará esta tierra en completa paz y seguridad (véase Jer. 23:6).


4. ¿Poseerá Israel la tierra?


¡Sin duda alguna! Dios prometió a Abraham desde el principio que daría la tierra de Canaán a sus descendientes (véase Gn. 12:7). Esta promesa quedó sellada por medio de un pacto (véase Gn. 15:18) y posteriormente fue extendida a toda la nación (comp. Levítico 20:24).


La infidelidad de Israel no altera el hecho de que Dios cumple sus promesas (comp. Ro. 11:29). A diferencia de nosotros, Dios cumple lo que dice (comp. Nm. 23:19). Teniendo esto en mente, leamos lo que profetizó Isaías acerca del reino venidero: “Entonces todos los de tu pueblo serán justos. Para siempre poseerán la tierra, vástago de mi plantío, obra de mis manos, para que yo me glorifique” (Is. 60:21).


Josué 1:4 describe los límites de la tierra tal como el pueblo debía ocuparla en ese momento. Es probable que Israel nunca haya poseído la tierra completamente dentro de esos límites [1]. Solo en el reino venidero esto se cumplirá literalmente (comp. Ez.47:13-23).


5. ¿Existen promesas bíblicas que demuestren que Israel no volverá a ser expulsado de la tierra?


No. La Biblia promete que Israel poseerá la tierra durante el reino de mil años y establece que habrá judíos en la tierra de Israel durante el período de la tribulación. Sin embargo, guarda silencio sobre lo que ocurrirá antes del arrebatamiento.


Es razonable suponer que Dios, en su providencia, ha permitido el regreso de los judíos durante los últimos 100 años para disponer los elementos necesarios para los acontecimientos finales. No obstante, no podemos afirmar con certeza si serán desplazados nuevamente antes de ese momento. Esto se debe a que el tiempo del regreso no es tema de la profecía. La profecía del Antiguo Testamento [2] omite el periodo entre la semana 69 y la 70 de Daniel (véase Dn. 9:24-27).


6. ¿Habrá una invasión en la que Israel sea completamente invadido?


Desde la fundación del Estado de Israel en mayo de 1948, los países árabes vecinos han intentado destruir a Israel en múltiples ocasiones. En 1967, por ejemplo, el presidente de Egipto declaró que todos los judíos debían ser arrojados al mar, lo que desencadenó la Guerra de los Seis Días. Irán también ha llamado repetidamente a la destrucción total de Israel. Sin embargo, todos estos intentos han fracasado hasta ahora. La probabilidad de que los judíos sean expulsados completamente de la tierra de Israel en un futuro cercano es muy baja.


Lo que sí es seguro es que, después del arrebatamiento de la iglesia, existirá un Estado de Israel que —a pesar de todos los esfuerzos de sus enemigos— permanecerá libre de invasión y ocupación hasta que Dios lo permita. Y aunque sus líderes políticos no actúen con fe, Dios, en su providencia, mantendrá su mano protectora sobre este pueblo mientras sea su voluntad.


Sin embargo, llegará el momento en que una invasión poderosa caerá sobre Israel y el país será completamente invadido. La Palabra profética lo describe claramente en varios pasajes. Toda la angustia y el sufrimiento que Israel haya experimentado hasta entonces parecerán menores en comparación con esta tribulación. La Biblia habla de un "azote abrumador" que repetidamente ‘pasará’ por la tierra y ‘pisoteará’ a sus habitantes "de día y de noche" (véanse Is. 28:18-22; comp. también Is. 8:8; Dn. 11:41; Miq. 5:4-5).


La Palabra profética revela claramente que esta invasión ocurrirá durante la etapa final del "tiempo de angustia para Jacob" (Jer. 30:7), justo antes de que el Mesías aparezca para salvar al remanente fiel. Este será un período de juicio devastador.


7. ¿Qué países estarán involucrados en esta invasión?


Israel tiene muchos enemigos que comparten un mismo objetivo: destruir al antiguo pueblo de Dios, "para que ya no haya memoria del nombre de Israel" (Sal. 83:4b). Este salmo detalla la identidad de estos enemigos, los mismos adversarios históricos de Israel que volverán a actuar en el futuro.

La última gran invasión será iniciada por un enemigo específico: el "asirio" (también conocido como el "rey del norte"). No obstante, según Zacarías 12:2 y 14:2, otras naciones también participarán en esta invasión.


En Isaías 10:5, Asiria es llamada la "vara" de la ira de Dios y el "báculo" en su mano, lo cual revela claramente la identidad del "azote abrumador". Cabe preguntarse entonces: ¿qué poder representa este "asirio"? El antiguo imperio asirio ocupaba territorios que hoy corresponden a Irán, Irak y partes de Siria y Turquía —todas naciones ubicadas al norte de Israel. Esto sugiere que estas naciones, en particular, tendrán un papel protagónico en la futura invasión (su hostilidad hacia Israel ha sido notablemente intensa desde 1948).


Sin embargo, esta invasión solo será aparentemente exitosa. Israel no será destruido, pues es la niña de los ojos de Dios. Quien toca a este pueblo, toca a Dios mismo (véase Zc. 2:12).


En el momento más crítico de la angustia, Dios intervendrá y destruirá definitivamente a los invasores (como se describe en Is. 14:24-27, Dn. 11:40-45 y Zac. 14:1-5). El Mesías mismo acudirá en ayuda de los judíos oprimidos y derrotará a sus atacantes. Esta liberación dará inicio al reino de paz venidero (véase Zac. 14:9).


8. ¿Cuál debe ser nuestra postura como cristianos frente a la situación de Israel?


Las opiniones sobre la situación de Israel están divididas tanto en la sociedad en general como entre los cristianos. Desde una perspectiva bíblica, podemos establecer los siguientes puntos:


  • La Biblia condena cualquier forma de antisemitismo (véase Zac. 2:12), pero también toda hostilidad injustificada hacia personas de otras naciones.

  • Como cristianos, sabemos lo que le espera a Israel: la mayoría seguirá al Anticristo, una terrible tribulación le sobrevendrá al pueblo, y quienes no crean serán juzgados. Solo después vendrá el tiempo de bendición.

  • Nuestra tarea como creyentes no es política. No nos corresponde intentar cumplir o acelerar las profecías bíblicas. Es Dios mismo quien se encarga de su cumplimiento.

  • Por lo tanto, no podemos ofrecer una solución al conflicto de Oriente Medio. La verdadera paz solo llegará cuando venga el Príncipe de Paz.

  • Oramos por el pueblo de Israel y también por todos los demás pueblos —incluyendo a quienes viven en la Franja de Gaza y en países árabes. Además, no es bíblicamente correcto orar para que Israel reciba ahora las bendiciones que están reservadas para el reino milenial. Estas bendiciones llegarán después de su arrepentimiento.

  • Nuestra fe en el cumplimiento de las profecías bíblicas no depende de las circunstancias actuales.


Conclusión


Los acontecimientos actuales evocan claramente la ‘fase final’ que ha sido profetizada. encajando a la perfección: Israel ocupa su tierra y los adversarios previstos por la Biblia (véase pregunta número 7) ya están tomando sus posiciones.


Sin embargo, es importante recordar que no nos encontramos ni en la Gran Tribulación ni en el Milenio. Lo que presenciamos en nuestros días —por trágico que sea— es simplemente un preludio.

Nuestra esperanza para el futuro no se fundamenta en los acontecimientos actuales, sino en la Palabra de Dios (véase Mt. 24:34-35).


En la actualidad, nuestra tarea como cristianos es orar por quienes sufren, interceder por la salvación de los perdidos y participar activamente en la difusión del evangelio.


Notas:


[1]: Esto no contradice lo afirmado en 1 Reyes 4:1, 21: "El rey Salomón fue rey sobre todo Israel… Salomón gobernaba todos los reinos desde el Río hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. Ellos trajeron tributo y sirvieron a Salomón todos los días de su vida". Si bien estos territorios pagaban tributo, no eran parte integral del reino de Salomón. Es importante notar que el área tributaria solo llegaba hasta la frontera de Egipto, no hasta el Nilo como se menciona en Génesis 15:18. Además, el reinado de Salomón fue temporal, no perpetua (comp. Gn. 17:8).


[2]: El Nuevo Testamento contiene referencias proféticas que caben dentro de la época de la Iglesia, como los "últimos tiempos" en 1 Timoteo 4:1 o los "últimos días" en 2 Timoteo 3:1, además de descripciones del testimonio cristiano en las Epístolas. Sin embargo, estas referencias solo anuncian desarrollos morales, sin incluir fechas ni predicciones políticas. Esto se debe a que los cristianos deben vivir en constante espera del arrebatamiento (comp. 1 Ts. 1:9-10; 4:17).


Traducido desde www.thebiblestudy.site

1 Comment


Guest
Jun 05

👏🏽

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