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Firmemente arraigados y sobreedificados en Cristo (II)


StartFragmentEl objetivo de Pablo al escribir a los colosenses El objetivo del apóstol para con los creyentes en Colosas lo encontramos en su oración por ellos al comienzo de este capítulo: "Quiero, pues, que sepan cuán grande conflicto tengo por ustedes, por los de Laodicea y por todos los que nunca me han visto personalmente para que unidos en amor, sus corazones sean reanimados hasta lograr toda la riqueza de la plena certidumbre de entendimiento, para conocer el misterio de Dios; es decir, Cristo mismo. En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Col. 2:1-3). Si los creyentes en Colosas se mantenían unidos en amor, difícilmente el enemigo podría encontrar una brecha por la cual atacar. Los creyentes más maduros se preocuparían de los corderitos y, en consecuencia, habría menor posibilidad de que el enemigo lograra engañar e introducir sus falsos razonamientos. Además, el objetivo del Espíritu Santo para estos creyentes, y por lo cuál inspiró al apóstol a escribir esta epístola, es establecer a los creyentes en el conocimiento del misterio de Dios, es decir, Cristo mismo. Ahora bien, la metodología utilizada no es la de llenar la mente de los colosenses con simple conocimiento humano. El conocimiento al que se refiere Pablo es un conocimiento pleno. Lo cual no está limitado simplemente a conocer a la Persona de Cristo de forma intelectual, sino a conocerlo a Él. Veámoslo desde la siguiente perspectiva: yo puedo conocer mucho acerca de una persona famosa en este mundo, puedo haber leído todas sus biografías (incluyendo las no autorizadas), puedo haber leído todos sus libros, saber dónde nació, qué estudio, incluso ciertos gustos, todo simplemente por la aplicación de ciertos conocimientos específicos y lecturas determinadas. Sin embargo, puedo nunca haberlo conocido personalmente, e incluso si lo hice, no puedo saber qué le molesta, qué le agrada, dónde está en este preciso momento, etc... eso sólo lo sabrá una persona de su círculo más íntimo, una persona que viva con él o forme parte de su familia. Esto es lo que el apóstol quiso generar en los colosenses, y también en nosotros.

No debemos conocer a Cristo simplemente por la acumulación de ciertos conocimientos específicos. Debemos conocerle experimentalmente. Todo el primer capítulo él expuso la grandeza de Cristo, para culminar diciendo que el misterio (escondido "oculto desde los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos") es "Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria" (vv. 26-27). Si ellos (y nosotros) conocemos a Cristo experimentalmente, como aquel que está en nosotros (la Iglesia) y, por lo tanto, nos revela sus sentimientos y formamos parte de su círculo íntimo, entonces podremos estar unidos en amor y difícilmente seremos movidos de la firme posición que poseemos en Cristo. "En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento". No hay más donde buscar, si comprendemos nuestra posición y entendemos el misterio de Dios (i.e. Cristo en nosotros), entonces recurriremos a Él para sacar de los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Palabras persuasivas El versículo 4 comienza con: "Digo esto para que...", esto vincula la advertencia hecha en este versículo con lo anteriormente dicho. Luego, el apóstol menciona el primer peligro al que estaban expuestos los colosenses: "palabras persuasivas". Este peligro consiste en la presentación del error de una forma atractiva por medio de la elocuencia de quien la presenta. Incluso puede haber cierto grado de verdad mezclada con mentira con el fin de arrastrar las mentes débiles lejos de la verdad. Para no ser engañados por palabras persuasivas debemos conocer a Cristo y nada más. Justamente eso es lo que el enemigo estaba tratando de evitar por medio de introducir distintos tipos de enseñanzas falsas que agregaban algo distinto a la persona de Cristo para llegar al conocimiento pleno. Aparentemente habían varios falsos maestros que utilizaban de su elocuencia y lindas palabras para introducir los tres tipos de falsas enseñanzas que se detallan en los versículos 8, 16 y 18. Hoy en día también corremos el mismo peligro. La cristiandad está llena de predicadores que utilizan lindas palabras y ponencias magnificas para atraer las almas al error. Debemos estar atentos y aferrados a Cristo, cabeza gloriosa de la iglesia, para no dejarnos mover de nuestra posición. Cuando alguien busca divulgar sus filosofías (v. 8) no lo hace abiertamente, sino con palabras que parecen cristianas. Así ha sido como el secularismo, el hedonismo, el relativismo moral, entre otras cosas, han entrado en la mente y corazones de los creyentes y se han aceptado como verdad, robándole al carácter cristiano aquello que lo debe hacer tan particular: su llamamiento celestial. Cuando alguien busca divulgar sus ritualismos y legalismos (v. 16), utiliza incluso versículos bíblicos para sostener su doctrina. Sin embargo, leemos en Gálatas 5:1: "Estén, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se pongan otra vez bajo el yugo de la esclavitud". ¡Qué fácil le resulta al enemigo hoy en día (por desconocer el misterio de Dios, que es, Cristo en nosotros, la esperanza de gloria) el introducir todo tipo de legalismos y ritualismos! Consideremos que lo que realmente tiene valor es "la fe que actúa por medio del amor" (Gá. 5:4). Y, algo muy característico del día actual, hay muchos falsos maestros buscando introducir el mistiscismo en el carácter cristiano. ¡Es sólo cuestión de ver de cuántos cristianos caen en los lazos de las prácticas orientales paganas que se han adaptado a nuestras culturas occidentales! Hablaremos de estas cosas más detenidamente en el siguiente post.EndFragment

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